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El tiempo es uno de los mayores recursos con los que contamos todos los seres humanos, independiente de la raza, el sexo, la ubicación geográfica o la posición económica. Es algo que no se puede acumular ni mucho menos recuperar, por el contrario, se desperdicia, se pierde o se aprovecha. todos disponemos de 24 horas cada día y el uso que hagamos de ese tiempo es lo que nos hace más o menos productivos, más o menos exitosos.

El rendimiento de cada persona es diferente y todo esto está marcado por los ciclos de sueño, aspectos emocionales, planificación de las actividades diarias y situaciones externas.

Todos podemos aprovechar los momentos de mayor rendimiento para planificar o programar nuestras actividades y optimizar de esta manera la forma en que invertimos nuestro tiempo. Una de las paradojas del tiempo, es que “no se tiene suficiente tiempo”, pero la realidad es que todo el mundo tiene todo el tiempo disponible: “24 horas por día”.

No es solo cuestión de cuántas tareas tachamos de la lista, sino de cómo nos sentimos mientras lo hacemos y en ese sentido nuestras emociones tienen un poder enorme sobre nuestra productividad.

como ser mas productiva

¿Alguna vez te has sentido tan estresada que simplemente no podías concentrarte en nada? ¿O has notado cómo un día lleno de energía y positivismo te permite avanzar el doble? ¿Cuántas veces has perdido la concentración por culpa de un mensaje que te preocupa, o has dejado una tarea importante para el último momento porque te sientes abrumada?

A mí también me ha pasado. Y es que el estrés, la ansiedad o la simple falta de motivación pueden robarnos horas valiosas, estos se convierten en pequeños ladrones de tiempo que nos distraen, nos paralizan y nos hacen sentir que el día se nos escapa entre los dedos. Estas emociones no solo afectan nuestra productividad, sino también nuestro bienestar general, creando un círculo vicioso de estrés y baja eficiencia.

Antes de continuar te voy a proponer un ejercicio que estoy segura te va a ayudar a identificar esas actividades que están acaparando tu tiempo y cómo puedes gestionarlas mejor.

Para comenzar tomaremos en cuenta las actividades que realizamos a diario y lo haremos de forma consciente. Durante una semana vas a anotar las actividades que realizas a diario y el tiempo que dedicas a cada una de ellas, puedes hacerlo en una libreta, en una hoja o utilizar el formato que te dejo al final del post.

Una vez tengas anotadas todas las actividades y el tiempo que dedicas a ellas, vas a sumar el tiempo que usas cada día para cada una de las actividades y vas a analizar lo siguiente:

  • ¿Qué actividades acaparan la mayor cantidad de tu tiempo cada día?
  • ¿En qué actividades puedes disminuir el tiempo que dedicas a ellas?
  • ¿Qué actividades están haciendo que desperdicies tu tiempo?
  • ¿Qué actividades puedes eliminar, delegar o distribuir mejor?

Luego de tener el análisis de las actividades y el tiempo utilizado semanalmente, podemos hacernos una idea de cuánto es el tiempo que en realidad necesitamos para tareas realmente importantes y qué cantidad de tiempo puedes utilizar para llevar a cabo otras tareas, que bien pueden ser más importantes o que aportan calidad a tu vida y autocuidado.

Recuerda: “Una gestión eficaz del tiempo en el trabajo, nos ayuda a organizar el día a día para cumplir con las tareas previstas respetando plazos y aumentando considerablemente la productividad.”

gestion del tiempo

Veamos algunos aspectos que son importantes a la hora de encontrar un equilibrio entre el tiempo y las emociones:

Conócete:

Presta atención a cómo te sientes a lo largo del día. ¿Cuándo te sientes más productiva? ¿Qué situaciones te generan estrés? ¿Qué actividades te motivan más y cuáles menos? Llevar un pequeño diario emocional puede ser muy útil para reconocer estos patrones y poder afrontar las cargas de manera inteligente.

Cuídate:

¡No te olvides de ti! Dedica tiempo a actividades que te relajen: un paseo, meditar, escuchar música… Lo que sea que te ayude a recargar energías. Generalmente nos dejamos siempre para el final, pero si te has vaciado por completo ya no tendrás nada más para ofrecer y las actividades se volverán cada día más una carga imposible de llevar. Así que a lo largo del día dedícate momentos solo para ti, eso te recargará de energía para continuar y lograrás ser mucho más productiva, créeme que funciona.

Planifica con cariño:

Al organizar tu día, sé realista. No te satures de tareas imposibles. Y si te sientes abrumada, divide las tareas grandes en pasos más pequeños. Algo que me funciona perfectamente es tomar las tareas grandes como objetivos por cumplir, así que lo divido en pequeñas tareas que me llevan a la meta.

Pon límites:

Aprende a decir «no» cuando sea necesario. Tu tiempo y tu bienestar son importantes. Este es uno de los actos de autocuidado más difíciles, porque cuando tu círculo está acostumbrado a que siempre seas la que dice “si”, en el momento en que dices “no” te tildan de poco empática, poco colaboradora, engreída… Sin embargo, dales la vuelta a esos calificativos y tómalos como “más empática contigo misma”, “más colaboradora contigo misma”, “menos engreída contigo misma”.

Reflexiona; cada persona tiene sus retos de vida y cosas que viene a aprender a este mundo, si tú tomas su carga para hacérsela más liviana, esta persona nunca aprenderá lo que vino a aprender y nunca podrá superar sus propios retos. Al final tu terminarás asumiendo algo que no te corresponde y la vida se encargará de poner más retos y más lecciones a esta persona y posiblemente estas cada vez serán más desafiantes y tu no podrás estar siempre allí para alivianar sus cargas.

Celebra tus logros:

Reconoce cuando logras completar tus tareas, eso aumenta la autoconfianza, y genera una sensación de bienestar, ayudando a la hora de realizar las próximas tareas. No necesitas regalarte algo o hacer una gran fiesta cada que cumples una tarea, pero si puedes tomarte un tiempo para respirar y relajarte, tomarte tu bebida favorita en calma, mirar por la ventana, salir a dar un paseo o tal vez reencontrarte con esos amigos o familiares con los cuales no te veías hace tiempo.

RECUERDA: No somos robots. Nuestras emociones son parte de nosotros, y aprender a manejarlas es clave para ser más productivas y, sobre todo, para vivir más felices. Así que, ¡date permiso de sentir, cuídate y aprovecha tu tiempo al máximo!

Ahora que sabes el impacto que tienen tus emociones en tu productividad, te reto a poner en práctica al menos una de las estrategias que compartí. Prueba a llevar un diario emocional, a meditar unos minutos al día, o simplemente a tomarte pequeños descansos para respirar. ¡Verás cómo la diferencia es enorme! Y si quieres compartir tus experiencias o tienes alguna pregunta, ¡te espero en los comentarios!